jueves, 29 de marzo de 2012

DESEO


Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuere se queden ni mi sol ni mi sombra...

Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve y único horizonte de carne:
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...

CANTO A LA MUJER ESTÉRIL

CANTO A LA MUJER ESTÉRIL

Madre imposible: Pozo cegado, ánfora rota,
catedral sumergida...

Agua arriba de ti... Y sal. Y la remota
luz del sol que no llega a alcanzarte. La Vida
de tu pecho no pasa; en ti choca y rebota
la Vida y se va luego desviada, perdida,
hacia un lado-hacia un lado...-
¿Hacia dónde?...

Como la Noche, pasas por la tierra
sin dejar rastros
de tu sombra; y al grito ensangrentado
de la Vida, tu vida no responde,
sorda con la divina sordera de los astros...

Contra el instinto terco que se aferra
a tu flanco,
tu sentido exquisito de la muerte;
contra el instinto ciego, mudo, manco,
que busca brazos, ojos, dientes...
tu sentido más fuerte
que todo instinto, tu sentido de la muerte.



Tú contra lo que quiere vivir, contra la ardiente
nebulosa de almas, contra la
obscura, miserable ansia de forma,
de cuerpo vivo, sufridor... de normas
que obedecer o que violar...
¡Contra toda la Vida, tú sola!...¡Tú: la que estás
como un muro delante de la ola!

Madre prohibida, madre de una ausencia
sin nombre y ya sin término...-esencia
de madre...-En tu
tibio vientre se esconde la Muerte, la inmanente
Muerte que acecha y ronda
al amor inconsciente...
¡Y cómo pierde su
filo, como se vuelve lisa
y c
álida y redonda
la Muerte en la tiniebla de tu vientre!...
¡Cómo trasciende a muerte honda
el agua de tus ojos, c
ómo riza
el soplo de la Muerte tu sonrisa
a flor de labio y se lleva de entre
los dientes entreabiertos!....
¡Tu sonrisa es un vuelo de ceniza!...
-De ceniza del mi
ércoles que recuerda el mañana.
o de ceniza leve y franciscana...-

La flecha que se tira en el desierto,
la flecha sin combate, sin blanco y sin destino,
no hiende el aire como t
ú lo hiendes,
mujer ingr
ávida, alargada... Su
aire azul no es tan fino
como tu aire...
¡Y tú
andas por un camino
sin trazar en el aire!
¡Y tú te enciendes
como flecha que pasa al sol y que
no deja huellas!
¡Y no hay mano
de vivo que la agarre, ni ojo humano
que la siga, ni pecho que se le
abra!
¡Tú eres la flecha
sola en el aire! Tienes un camino
que tiembla y que se mueve por delante
de ti y por el que tú irás derecha.

Nada vendrá de ti. Ni nada vino
de la Monta
ña, y la Montaña es bello.
T
ú no serás camino de un instante
para que venga m
ás tristeza al mundo;
tú no pondr
ás tu mano sobre un mundo
que no amas... Tú dejarás
que el fango siga fango y que la estrella
siga estrella...

Y reinarás
en tu Reino. Y serás
la Unidad
perfecta que no necesita
reproducirse, como no
se reproduce el cielo,
ni el viento,
ni el mar...

A veces una sombra, un sue
ño agita
la ternura que se qued
ó
estancada-sin cauce...-en el subsuelo
de tu alma...
¡E1 revuelto sedimento
de esta ternura sorda que te pasa
entonces en una oleada
de sangre por el rostro y vuelve luego
a remontar el no
de tu sangre hasta la ra
íz del río...!¡Y es un polvo de soles cernido por la masa
de nervios y de sangre!...
¡Una alboradaíntima y fugitiva!... ¡Un fuego
de adentro que ilumina y sella
tu carne inaccesible!... Madre que no podr
ías
aun serlo de una rosa,
hilo que romper
ía
el peso de una estrella...

Más
¿no eres tú misma la estrella que repliega
sus puntas y la rosa
que no va más all
á de su perfume...?

(Estrella que en la estrella se consume,
flor que en la flor se queda...)

Madre de un sue
ño que no llega
nunca a tus brazos. Frágil madre de seda,
de aire y de luz...
¡Se te quema el amor y no calienta
tus fr
ías manos!... ¡Se te quema lenta,
lentamente la vida y no ardes t
ú!...¡Caminas y a ninguna parte vas,
caminas y clavada est
ás
a la cruz
de ti misma,
mujer fina y doliente,
mujer de ojos sesgados donde huye
de ti hacia ti lo Eterno eternamente!...

Madre de nadie...
¿Qué invertido prisma
te proyecta hacia dentro?
¿Qué río no negro fluye
y afluye dentro de tu ser?...
¿Qué luna
te desencaja de tu mar y vuelve
en tu mar a hundirte?... Empieza y se resuelve
en ti la espiral trágica de tu sue
ño. Ninguna
cosa pudo salir
de ti: ni el Bien, ni el Mal, ni el Amor, ni
la palabra
de amor, ni la amargura
derramada en ti siglo tras siglo...
¡La amargura
que te llen
ó hasta arriba sin volcarse,
que lo que en ti cayó, cayó en un pozo!...

No hay hacha que te abra
sol en la selva obscura...
Ni espejo que te copie sin quebrarse
-y tu dentro del vidrio...-, agua en reposo
donde al mirarte te verías muerta...

Agua en reposo tú eres: agua yerta
de estanque, gelatina sensible, talco herido
de luz fugaz
donde duerme un paisaje vago y desconocido:
el paisaje que no hay que despertar...
¡Púdrale Dios la lengua al que la mueva
contra ti; clave tieso a una pared
el brazo que se atreva
a se
ñalarte; la mano obscura de cueva
que eche una gota más de vinagre en tu sed!...
Los que quieren que sirvas para lo
que sirven las demás mujeres,
no saben que tú eres
Eva...
¡Eva sin maldición,
Eva blanca y dormida
en un jard
ín de flores, en un bosque de olor!¡No saben que tú guardas la llave de una vida!¡No saben que tú eres la madre estremecida
de un hijo que te llama desde el Sol!

VUELVO A NACER EN TI

“VUELVO A NACER EN TI”

Vuelvo a nacer en ti:
Pequeña y blanca soy... La otra
-la obscura-que era yo, se quedó atrás
como cáscara rota,
como cuerpo sin alma,
como ropa
sin cuerpo que se cae...

¡Vuelvo a nacer!... -Milagro de la aurora
repetida y distinta siempre...-
Soy la recién nacida de esta hora
pura. Y como los niños buenos,
no sé de dónde vine.

Silenciosa
he mirado la luz-tu luz...-
¡Mi luz!
Y lloré de alegría ante una rosa.